lunes, 2 de julio de 2012

Cuando terminé la primaria

Algo que no pasó pero que lo escribo como tal, casi como llegó a mi cabeza. Cuando terminé la escuela primaria decidí que entraría a la secundaria Federal Uno, mejor conocida por los fronterizos juarenses como la secundaria del parque. Mi mamá daba clases en dicha escuela, de Ciencias Naturales y me dio una y mil razones para tratar de persuadirme en mi intención. No era burro, simplemente en ese entonces no me llamaba la atención estudiar, ni que me impusieran las cosas, poco me interesaba saber de matemáticas y de español, lo mío era y es la historia (que estaba dentro de ciencias sociales) porqué estamos ahora como estamos, qué recorrido hicimos como seres humanos para vivir lo que nos toco vivir, después vendrá lo demás. Rercuerdo que el libro de lecturas era lo primero que empezaba a hojear, junto con el de ciencias sociales, me hipnotizaban las ilustraciones y los leía completos en las primeras semanas de clases. Estar en la secundaria del parque era ir a la escuela a dos cuadras de mi casa, cuatro "amigos" de la primaria entrarían junto conmigo, soy algo antisocial, así es de que hasta cierto punto la escuela me sirvió a través de la vida, para relacionarme a fuerza con otros niños-jóvenes, y conocer gente. Imagino a mi mamá buscando montones de eufemismos para poder decirme que mi decisión era la menos adecuada, pero aún ahora me pregunto ¿por qué lo hice? ¿por qué ese empecinamiento a ir directo al matadero? creo que quería fastidiar realmente a mi señora madre y le pegué un tiro que también me salió por la culata. La razón por la cual mi mamá buscó de que yo no entrara a la secundaria en la cual ella trabajaba era la siguiente, había un grupo de maestras que eran prácticamente las dueñas de la escuela, recuerdo que algún maestro las llamaba "Las duquesas" en dicho grupo estaban elia rita vega (inglés), elia carrasco (ciencias naturales), lilia rosales (inglés) y eran lidereadas por la subdirectora carmen coique (español) no recuerdo que pertenecieran al grupo otras maestras, seguro sí, pero no lo recuerdo, el caso es que dichas señoras se sentían de alcurnia y de sociedad, la líder era, o es, chihuawita, de esas que ven a todos para abajo, ellas, ellas, fueron parte de mi pesadilla escolar, obvio, sobra decir que mi mamá no pertenecía al grupo de Las duquesas. Mención aparte merece la Maestra Meche, Mercedes Peón, que era parte del grupo, pero que ella sí era amiga de mi mamá, bueno, eso creo, bueno, a ella le dedicaré un post aparte, luego, con calma. Fueron tres años de masoquismo en los cuales sufrí de sus amables esfuerzos por hacerme trabajar, no entraré en detalles para evitar que ustedes lloren y me pobreciteen. Puedo decir que disfruté estar en esa escuela y conocí a muchos y más amigos, mi rebeldía no tenía que ver con irse de pinta o de rayar paredes, era algo más cercano a mi infinita capacidad desadaptada al lugar en el que estar, el fuera de lugar se me da a la perfección, yo no hacía desmadre, yo solamente no estudiaba, no ponía atención en clase y me distraía con cualquier cosa, principalmente dibujando y soñando despierto, el erotismo ya tenía dos años rondando mi cabeza antes de entrar a la secundaria, así es de que yo ya me había cogido a varias maestras de inglés de mi primaria, principalmente dos, una rubia con look entre Farrah Fawcett y Brooke Shields y la otra blanca muy blanca de ojos grandes dormilones y cabello también a la Fawcett pero castaño tirándole a negro. En la secundaria solo había una maestra buena, buena de cuerpo, Nifa se llamaba y daba clases de ciencias sociales y dicen que le decían la fanta, "porque fanta está bien buena". El caso es que el otro día comiendo en un restaurante de comida china me topé con una ancianita que me veía mucho, comencé a buscar en los archivos viejos y llenos de telarañas de mi disco duro y después de unos instantes pensé, podria ser coique, carmen coique, pinche vieja, jajaja, mi mente comenzó a volar rápidamente por entre miles de recuerdos y pensé "y si me paro la saludo y le dijo ¿maestra carmen coique?" Ella voletaría de su silla y se me quedaría viendo, dudando y respondería "sí" a lo que rápidamente agregaría yo "¿cómo, todavía está viva? ¿por qué no se ha muerto? lo má probable es que si esta viva es para seguir sufriendo esas penalidades que han de ser muchas y que carga sobre su viejo lomo" la veo titubeante y sorprendida, un trozo de comida cae de su boca abierta y sin saber qué agregar, creo que nunca se esperaba semejantes preguntas y sobre todo la cara de incrédula preguntándose hacia sus duros y viejos recuerdos ¿quién era el tipo que la maltrataba con semejantes hachazos sobre su alma?, podría ser cualquiera de los montones de alumnos que tuvo en su larga, muy larga, estadía en la secundaria del parque y peor aún sabía que muchos, pero muchos, le desearían las peores cosas y había algunos por los que sabía se merecía el infierno, y no estoy hablando de mí, insisto, pero sabía, igual, lo que muchos exalumnos y sus madres le debían , pero ¿cuánto dinero les pidió a cambio? ¿cuántos regalos? pero eran "cosillas", chucherías, perfumes, blusas, zapatos, una que otra joyita, cenas, botellas de vino, tequila, champagne, nada que nadie en su posición mereciera... Pero la "maestra" no estaba sola, como un rayo su nieta mayor (qiero creer), de unos veintiocho años se pondría de pie aventando la silla y empuñando un amenazante tenedor y gritando "lárguese, váyase, deje de molestar a la maestra" la cara congestionada, sus ojos exaltados, las venas del cuello resaltadas a reventar y los puños de las manos tensos y apretados, listos para abanicar; su espalda encorbada en posición lista para el ataque, de haber estado más cerca de ella muy probablemente habría visto los vellos de su piel erizados y tiezos como los de un felino esperando el inminente enfrentamiento con el enemigo. Inmediatamente llegaría el mesero "joven, nada más le voy a decir una vez que por favor se retire" yo le contestaría "sí, ya me voy a mi mesa", "no, del restaurante", "pero", "gracias" yo caminaba hacia la puerta, entonces me voltearía hacia la mesa de la maestra y me despediría con un "ojalá siga penando, como alma en purgatorio y se muera despacito, despacito" y en eso, salgo corriendo. Todo eso pasó por mi deleznable mente mientras comía pollo general y arrozito frito, méndiga vieja amargada ¿o yo soy el amargado? Me pasé toda la semana "puliendo" este post. No se porqué, creí que sería más sencillo tirale mierda a los demonios de mi preadolescencia y ya llevo seis días escribiendo este post. Y ya llevo dos semanas, y no se porqué la pienso tanto, así se va, con todo y nombres

1 comentario:

Martiuks dijo...

Suele pasar que uno se encuentra con profesores que fueron una pesadilla, algunos muy barco y otros que eran como Hitler, pero que la carrila que dan al final si sirve fuera de la escuela.

Yo tenía una maestra en la secundaria que era mi pesadilla, ella daba matemáticas y siempre nos estaba regañando a mi me llegó a rayar los libros porque según ella yo no hacía nada, pero evidentemente las matemáticas nunca fueron lo mío. Siempre me incliné mucho más por las materias teóricas y me pasaba algo muy similar Alfred con los libros de historia y naturales, a veces ya desde la primaria podía estar el maestro o maestra explicando algo y yo en la luna con las ilustraciones de los libros... Creo que desde entonces ya andaba en la luna como siempre.

A mi también me ha pasado que me quedo semanas y semanas enteras con algunos posts, a veces es falta de tiempo, pero bueno, el chiste es que siga habiendo blog.

Saludos Alfred me da gusto seguir leyendo seguido posts por aquí.